17 de mayo de
2014
Olivia,
Hoy
comenzamos escribir otra de las
historias de nuestras vidas, una de muchas, pero una única y muy buena
historia.
Y como toda
buena historia necesita de un comienzo especial, un comienzo que sea
inolvidable para todos. ¿Y qué mejor para esto que no estar ahí en este preciso
momento? Si, suena raro, pero míralo de esta manera. ¿Cuántos días pasarán
hasta que los que hoy te acompañan olviden de qué color estaban vestidos tu Papá
o tu Mamá? o ¿cuántos días pasaran hasta que tus tíos dejen de comentar de lo
rica que estaba la comida o los postres que hizo tu abuela? Pero, ¿cuántos días
se necesitarán para que se olvide que en el día de tu bautizo yo no estaba ahí?
Realmente no es
algo que prefiero, pero nos funciona perfecto para la gran historia que con el
tiempo iremos a contar.
No es que yo no
esté ahí por algo insípido, como un viaje de trabajo o por algo tan irrelevante
como un resfrío. Hoy no estoy ahí porque vivo en Panamá. ¿Lo ves?, qué mejor,
qué mejor que comenzar una historia desde un país del cual todos tienen algo
que decir pero del que en realidad se tienen más dudas que certezas.
Además, hoy está
mi Madrina en mi lugar, mi Madrina que también es tu abuela. Así que esto no
puedo haber empezado mejor. Ya te darás
cuenta de lo linda que es tu abuela y verás que para las fotos es mucho mejor
que yo. Ojo, esta es una idea mía y no vayas a creer que es ella quién agregó
estas líneas.
¿Ves como esto
ya empieza a jugar a nuestro favor?
Bueno, cómo ya
sabes que vivo en Panamá es lógico que mi preparación para ser parte de esta
historia la tuve que hacer en este país. Ahora bien, detalles de esto te los
contaré en privado para no aburrir a la familia, como el del bendito
certificado que tuvimos que enviar.
De todos modos quiero
dejarte tres ideas con las que me quedo luego de este proceso:
1.
El bautismo es una buena
noticia. Y es así como debemos entenderlo. Hoy,
en tu misma familia hay muchas maneras de vivir la espiritualidad y hay
distintos niveles de compromiso con la religión. Sin embargo hoy están todos
reunidos y felices de acompañarte en este rito del que tus papás han decidido
hacerte parte. Luego tendrás tiempo de ver mejor esto, pero confía en que el
mensaje que Jesús tiene para compartir le hace muy bien a todas las personas.
2.
El bautismo no es magia ni
medicina. Recibir este sacramento en verdad no
te protege contra accidentes ni sana males ni enfermedades. El bautismo es un
compromiso, es buscar a diario el camino para ser mejores personas y apoyar
siempre al que lo necesita. Hoy te haces parte, pero tendrás tu propia vida
para darle el curso que sea necesario.
3.
No siempre es fácil hablar
con los Padres, pero siempre contarás con tus dos padrinos para conversar. No hay duda que el amor de los padres es el mayor que hay, así que
tranquila que no buscamos cumplir su rol. Sin embargo muchas veces tendrás
dudas que ya verás que no vas a querer hablar con tu mamá o tu papá. Confía
siempre en nosotros, que han sido tus propios padres quienes nos han pedido que
estemos contigo para complementar lo que ellos buscan para ti, que sólo seas
feliz.
Todo lo que te
digo, lo digo con convicción y con la claridad que sólo el tiempo y la
experiencia puede dar. Tener un padrino cerca es lo mejor que te puede pasar,
tener un padrino con el cual contar es clave en los momentos más difíciles,
tener un padrino en quien confiar hará todo más sencillo.
Estaré contigo
para lo que tú quieras y cuándo tú lo necesites, ya que finalmente lo que me
hace tu Padrino es que tú eres mi Ahijada.
Hoy es sólo el
primer día de esta gran historia, de un cuento inolvidable que juntos iremos
detallando.
Un beso grande.
Tomás
